América Misionera 14.07.18//El obispo costarricense Mons. Vittorino Girardi, dijo que la Iglesia no es otra cosa que Misión y que los misioneros no pueden desprender el contenido del ser de Dios.
Mons. Vittorino Girardi, obispo emérito de Tilarán-Liberia, Costa Rica, hablando del tema “La Misión Ad Gentes, en y desde América”, dijo que los misioneros no pueden desprender la misión del contenido y del ser de Dios, pues son inseparables. “Jesús es una sola cosa y todo lo vive y lo asume en función de lo que Él es un se auto percibe, como el enviado y misionero”.
“Jesús es literalmente devorado por su misión y si cumple milagros lo hace para confirmar que Él es el Enviado del Padre: los milagros son las obras que el mismo Padre realiza para autenticar la verdad y del Envío del propio Hijo”, remarcó el disertante.
Girardi propuso reconducir la acción salvífica de Dios que brota de la acción de Cristo y del Espíritu Santo, teniendo en el amor del Padre el origen primero. El amor hasta el extremo que Cristo nos manifiesta es el mismo amor del Padre que lo ha enviado al mundo, por el impulso del Espíritu.
Cree que la misión es simplemente el medio con que la Iglesia lleva el Evangelio a los pueblos que aún no conocen a Cristo y con el que se hace presente donde aún no lo está. La misión es el modo concreto de ponerse a disposición de su fundador y de su Espíritu. “La misión no comienza con la Iglesia, sino que ésta se pone a disposición de la Misión, constituida ella misma en misión. La Iglesia es Misión y desde esta perspectiva es a la ve fruto y realización del movimiento misionero”.
Precisó que el decreto “Ad Gentes” de 1965 recondujo las misiones en su específica diversidad a la única Misión de la Iglesia, lo que equivale a decir que la Iglesia es misionera por naturaleza en cuanto a que deriva y nace del Misterio Trinitario que se desborda en el tiempo y en el espacio por la misión del Hijo y del Espíritu Santo.
Este decreto distingue tres actividades misioneras fundamentales: la actividad pastoral, la actividad ecuménica y las iniciativas particulares con que los heraldos del Evangelio, enviados por la Iglesia, van por todo el mundo y cumplen la tarea de predicar el Evangelio.