- “Fe y misión se alimentan recíprocamente (…) cuanto más son misioneras, más aumentan los frutos para la redención del mundo”, sostuvo Mons. Giampietro Dal Toso.
El presidente Internacional de las Obras Misionales Pontificias, monseñor Giampietro Dal Toso, sostuvo este miércoles, en el V Congreso Americano Misionero (VCAM), que la “la misión se desarrolla a partir de la fe” porque “la misión presupone la fe y no hay misión si no alimentamos nuestra misma fe y la fe de nuestras comunidades cristianas como una relación personal con Cristo”.
En la segunda jornada del VCAM, el prelado manifestó que “hay una relación de fecundidad recíproca entre fe y misión. Fe y misión se alimentan recíprocamente (…) cuanto más son misioneras, más aumentan los frutos para la redención del mundo”.
Precisó que el “sujeto de la misión es el Espíritu Santo, por eso el primer servicio a la misión es la oración” y preguntó a los más de tres mil asistentes al evento eclesiástico internacional si “en nuestras comunidades cristianas, ¿existen oraciones para orar por la misión?”.
Subrayó que “la misión se realiza de persona a persona, con el testimonio que atrae (…) Como el amor trinitario que es atrayente, así el mensaje cristiano pasa por la atracción, es decir, por el testimonio de vida de personas concretas que aman”.
Dal Toso, otro de los delegados enviados por el Vaticano al VCAM, manifestó que “el misionero no está nunca solo, porque trabaja en la iglesia” por eso “Jesús enviaba a los discípulos de dos en dos; el misionero debe continuar alimentándose de la vida de fe de la Iglesia, si no quiere consumirse; la experiencia de Iglesia es esencial, porque la fe es una fe recibida, nadie se la inventa por sí mismo, nadie se la da a sí mismo, sino que la recibe de la Iglesia”.
El prelado transmitió a los asistentes una exigencia del Papa Francisco cuando le preguntó qué tenía que decir en el VCAM. “El Papa me ha dicho tres veces: catequesis, catequesis, catequesis” como un instrumento para “alimentar la fe”. Recordó que en América ya hay experiencia de misión, como los movimientos eclesiales, entre otras.
Anunció que la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y las Obras Misionales Pontificias trabajan para proporcionar instrumentos para la animación en el mes misionero (octubre de 2019), que “está confiado al espíritu de creatividad de los directores nacionales y los diocesanos junto con los respectivos obispos”.
Dal Toso antes de concluir su intervención preguntó: ¿por qué debemos reforzar tanto la dimensión misionera y de manera particular la misión ad gentes? ¿Buscan una comunidad cristiana viva? ¡Es una comunidad que evangeliza! ¿Queremos una Iglesia viva? Empeñémonos en una Iglesia que evangeliza, que sacrifica algo de sí misma, personal, energías, para ir a evangelizar”.